Las vitaminas de la leche
La palabra proviene de vita, que significa “vida”, y mina, raíz de la palabra “amoniaco” (debido a que se pensaba que las vitaminas contenían ese gas). Son compuestos orgánicos esenciales para la vida, que no son sintetizados por le organismo en las cantidades requeridas. Debido a esto, es necesario que se obtengan a través de la alimentación.
El la leche hay muchas y variadas vitaminas, entre las cuales se destacan la A, la D, y algunas del grupo B, pero existen otras vitaminas que, a pesar de encontrarse en una muy pequeña proporción, resultan importantes para la alimentación humana.
Después del calcio, es la vitamina B2 (riboflavina) la que proporciona a la leche su gran valor nutritivo. Su deficiencia causa retraso en el crecimiento, alteraciones en la piel y lesiones en las mucosas de los ojos y de la boca. En los países occidentales, aproximadamente el 40% de la riboflamina que ingiere el individuo diariamente procede de la leche. Un cuarto de litro de leche aporta al niño alrededor de la mitad de la cantidad diaria necesaria, y un 1/3 al adulto. Aparte de la riboflavina, otras vitaminas, entre las que se destacan la a y la B12, también son aportadas en porcentajes significativos por la ingestión diaria de leche. El raquitismo, enfermedad en la que se producen alteraciones en el proceso de osificación, se evita con ayuda de la vitamina D, también contenida en la leche, al igual que las vitaminas E y K.
La leche también posee de tres a seis microgramos de acido fólico por cada 100 gramos. Este elemento es indispensable en la formación de los glóbulos rojos de la sangre, y participa en la síntesis de componentes esenciales para el organismo.
Los minerales de la leche
El contenido mineral del organismo se constituye con la ingestión de alimentos, agua y otras fuentes del ambiente. Los minerales son importantes para la regulación de los líquidos corporales. La alimentación diaria debe proveer como mínimo quince minerales, seis de los cuales deben estar presentes en cantidades relativamente grandes: calcio, fósforo, magnesio, sodio, potasio, cloruros. El calcio cumple diversas funciones de importancia; entre ellas se cuentan la participación en la contracción muscular, la transmisión nerviosa y la actividad neuromuscular, por lo que es esencial para el mantenimiento del esqueleto normal, y también una herramienta de importancia contra la osteoporosis.
Sin duda, de los elementos contenidos en la leche, el calcio es el elemento mineral más importante, De hecho, el consumo de un vaso de leche normal cubre más de un tercio de las necesidades del organismo humano de este mineral, tan necesario para la base ósea y otras funciones biológicas. Además, la leche contiene otro minerales tales como fósforo, potasio, cloro, sodio, todos ellos muy importantes también desde el punto de viste nutritivo. La mayoría de las sales minerales lácteas se encuentran disueltas en el agua de la leche, al igual que la lactosa, pero una parte de ellas, y particularmente una porción importante del calcio y el fósforo, se encuentran en suspensión al estar combinadas con proteínas.
Se estima que en la mayoría de los países occidentales, más de la mitad del calcio que ingresa en el organismo procede de la leche y los productos lácteos. En algunos países (Estados Unidos, Canadá; Holanda y países escandinavos), estos productos dan cuenta de hasta el 75% del calcio que el hombre ingiere diariamente.
Agua
El agua es el medio en el que se encuentran disueltas, suspendidas y emulsionadas la totalidad de las sustancias que componen la leche.